[Contra el matrimonio por compulsión hemos levantado la bandera de la unión libre.]
Estamos convencidos de que al abolir el matrimonio religioso, civil y jurídico, restauramos la vida,
la realidad y la moralidad del matrimonio natural basado exclusivamente sobre el respeto humano y
la libertad de dos personas que se aman. Estamos convencidos de que al reconocer
la libertad de ambos cónyuges a separarse cuando lo deseen, sin necesidad de pedir el permiso de nadie para
ello
- y al negar de la misma forma la necesidad de cualquier permiso para unirse en matrimonio, y rechazar en
general
la interferencia de cualquier autoridad en esta unión - los unimos más el uno al otro. Y estamos convencidos
también,
de que cuando ya no exista entre nosotros el poder coercitivo del Estado para forzar a los individuos,
asociaciones,
comunas, provincias y regiones a convivir en contra de su voluntad, habrá entre todos una unión mucho más
estrecha,
una unidad más viva, real y poderosa que la impuesta por el aplastante poder esta-tal.
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